Adriana Carlos (Milenio)
Habrá “Día de las Madres” y otros festivos, pero la “Tayson” siempre está lista para trabajar y “guerrear” en las labores rudas de altamar a bordo de un camaronero, para mantener a sus hijos, hermanos y hasta sus nietos.
“No me da miedo, estoy dispuesta a todo, el trabajo así es”, afirma tajante “LaToya” única mujer _ madre de familia_, que se embarca actualmente en aguas profundas y enfrenta los malos tiempos como lo hacen miles de pescadores de Mazatlán.
Nos muestra orgullosa su Libreta de Mar que la autoriza a poder embarcarse en estos navíos y la acompañamos a la embarcación que permanece atracada en el muelle pesquero Alfredo Bonfil por ser temporada de veda, para describirnos su labor.
Su plaza es de cocinera pero labora hasta en cubierta del barco como cualquiera de los trabajadores de mar cada temporada para poder sostener a su familia.
“Los pescadores me conocen que ando trabajando echándole ganas para mis hijos, ahorita va pa´mis nietos o para mí también porque ya viene la vejez”, recalca mientras sube a uno de los cientos de barcos que permanecen atracados en el muelle pesquero Alfredo Bonfil por la veda camaronera y mostrarlo desde la popa a la proa.
A la edad de 21 años empezó a embarcarse en Chiapas en un camaronero, después en tiburoneros y regresó a un barco de la empresa ¨Pancho Bomba” de Chiapas y desde hace cuatro años se vino a Mazatlán.
“Fue porque vendieron los barcos (camaroneros) y quedó silencio, allá no hay barcos nada más atuneros, y en atuneros no le dan oportunidad a la mujer, porque yo me he querido subir a los barcos atuneros.
A “La Toya” el trabajo rudo, ser la única mujer entre una tripulación de 6 hombres, no le preocupa tiene 39 años nació en el pueblo Barra de San Simón, municipio de Mazatán, Chiapas un 4 de abril, paradójicamente dice que le daba más miedo ser entrevistada sobre su actividad por el “qué dirán” , la gente que se preguntará: ¿Por qué anda abordo una mujer? Y responde: Por luchona para sacar adelante a mis hijos y valorarme como mujer.
“Si no se valora uno de mujer a dónde va, yo no tengo estudios pero, gracias a Dios que mi padre que fue motorista, ya falleció, mi tío que fue cocinero, tengo un tío que está trabajando en esta empresa, me dice que le eche ganas para que mañana a pasado no diga la gente, esa anda trepada porque anda dando las nalg… pero no, ando trabajando como ellos, me conocen”, reitera.
Estoy todavía joven para seguir adelante para mi vida, soy soltera, estuve casada y me traicionó el galán pero hay que echarle ganas porque somos mujeres, hay que sentir y valorarse por una misma no por los demás porque dice que ya le perdió el miedo al qué dirán.
Mis compañeros, me han respetado por lo que soy; La Tayson, así me bautizó un señor capitán que se llama Marco, dice que soy una luchona en la vida, él sabe mi historia porque también con él anduve trabajando, con patrones buenos.
Comencé en los chinchorros.
Aborda el barco camaronero –uno de cientos navíos atracados en el muelle pesquero por temporada de veda-, en que se embarcó en la pasada temporada, y lo muestra orgullosa desde la popa hasta la proa y, reafirma que con su trabajo en la pesca a sacado adelante a su familia.
Su vida no fue fácil, es madre de 5 hijos; 3 propios y dos adoptados. Desde pequeña iba a pescar en una canoa, en lancha, se casó joven fue ama de casa y trabajaba, a los 18 años tuvo a su primer hija Griselda Mélida después nació Anahí y, José Antonio.
Nuevamente tiene tuvo una pareja con dos hijas Juana Iris y, Naty, terminó la relación pero ella adoptó a los hijos y los sostiene con el apoyo de su hija mayor que ya está casada.
Antes de entrar de embarcarse, “Tayson” era redera quienes tejen las redes de los excluidores y a los 21 años en Chiapas con sus niños pequeños decidió embarcarse para ganar más dinero y sostenerlos, mientras su madre _quien ya falleció_, los cuidaba.
Sus hijos aprendieron a vivir así esperándola a su regreso del viaje de uno, hasta dos meses, le ha tocado tormenta, no me da miedo dice estoy dispuesta a todo porque el trabajo así es.
“Todos los de allá que son de mi pueblo se vienen a pescar acá, sus primos, hermanos en el barco, y dejan sola a sus mujeres allá”, dice. Lo que no es común que una mujer trabaja en lo que hace ella.
La tripulación de un camaronero es de seis pescadores, Tayson empezó de aprendíz (Pavito) , subió a marinera y cocinera. “Si Dios quiere seré capitana, patrona de barco”, advierte.
Está dispuesta a capacitarse, está aprendiendo “porque la verdad letras no tengo” y un patrón gana más.
En la pesca de altamar no hay horario ayuda a descabezar camarón.
“Empiezo como a las 4 de la mañana para adecuarme y trabajar en cubierta, bajo a la bodega (refrigerada) a traer mi producto para poner carne o pollo y cocinarlo, hago la comida le doy a las 8 de la mañana el desayuno a los muchachos pongo el agua de café y reparto sus comidas. A la 1 de la tarde ya debo tener la otra comida, para darles de comer, a las 6 de la tarde ya estoy haciendo la cena, y a las 8 les estoy dando de comer porque vamos a levantar como a las 9 y para el siguiente día igual”, detalla.