COMO CADA DOMINGO “LA NORIA MI PUEBLO QUERIDO” SIGUE ATRAYENDO VISITANTES

COMO CADA DOMINGO “LA NORIA MI PUEBLO QUERIDO” SIGUE ATRAYENDO VISITANTES

Sinmurosnews

Como cada domingo “La Noria mi pueblo querido”  mostró  su  gastronomía, sus artesaniasy la música de este lugar que atrae a visitantes a conocer sus tradiciones.

Al son de la banda sinaliense son recbidos los visitantes,  “Arriba La Noria”, “Mi gusto es” y “El sinaloense” fueron algunos de los temas que hicien sentir el arraigo a esta tierra.

Una veintena de pequeños puestos se instalaron para poner a la venta la diversidad de guisos, postres, tamales,  preparados por los lugareños, aguas frescas y las artesanias elaboradas.

La banda del pueblo está montada en el quiosco de la pequeña plazuela. Desde ahí, doce músicos jóvenes entonan “La Cuichi”, “Cinco de chicles” y le dedican “Las mañanitas” a un casual cumpleañero.

Nadie resiste un paseo por entre los puestos. En una mesa está un recipiente lechero que contiene agua de piznate, una bebida fresca a base de maíz y piloncillo. Ahí también hay espacio para unas cazuelas de barro con guisos para exquisitos taEn otros cinco puestos, unas mujeres de sonrisa fácil ofrecen tamales de camarón y picadillo, empanadas de calabaza, de cajeta, piña y guayaba.

También hay queso y requesón, cajeta y leche quemada que se mantienen frescos con cubitos de hielo encima de sus recipientes.

Los adultos deambulan sin preocupación, tranquilos, porque saben dónde andan los pequeños: están a unos cuantos pasos, entretenidos, divertidos y supervisados por Dolores Peraza en el “Club Kids”.

En ese espacio chiquito, bajo los árboles de la plazuela y a un costado de las bancas de concreto, los chiquillos pintan figuras de yeso, comen palomitas, cacahuates y algunas golosinas mientras sacan al artista que llevan dentro para darle vida y color a la imagen.

Sigue la excursión del antojo y la admiración. Otro puesto muestra bisutería elaborada con productos naturales; semillas de calabaza, girasol, frijol, tabachín, cáscara de pistaches, copalquín, bolas de San Juan y hasta bugambilias son transformados en vistosos y coloridos aretes, collares y pulseras.

Leticia Marchén Osuna atiende gentilmente a sus posibles clientes y comparte con ellos su planes de instalar un taller en el pueblo para elaborar estos productos, y pretende dar trabajo a 15 mujeres.

En los siguientes tenderetes hay cintos, huaraches para dama, artículos hecho a base con madera como resorteras pintadas con alegres motivos, un bule que tiene plasmado un impresionante dibujo y sillas de montar.

Dos hombres charlan y uno le dice al otro: “¿ya viste, ahí hay tequila?” y el otro sugiere luego de sonreír culposamente: “vamos a probrarlo”.

El expositor explica el precio y tipo de productos que vende, mientras anima a los dos caballeros a seguir saboreando la bebida de origen ancestral.

En La Noria, el tequila Los Osuna se elabora desde 1876 y en su destilera trabajan 42 personas, incluyendo las del campo.

Más adelantito hay aguas frescas y otros antojitos como ceviche de camarón, buñuelos, dulce de cajeta, de calabaza y de vainilla.

La excursión del gustillo pecaminoso, del antojo, termina a las 4 de la tarde, mientras la música toca, la boca agua y la tripa gruñe.

Véngase a La Noria un domingo. Esta es tierra con historia, de creadores y de un exquisito sazón. Tráigase su dinerito

Translate »