
en Mazatlán donde vive tranquilamente con su familia, el héroe de guerra ya libró una batalla más en contra del Covid 19 y ha podido disfrutar en vida sus reconocimientos.
Teresita Rodriguez
Con 102 años de existencia, una guerra mundial y una pandemia que lo azotó, Humberto Gamboa Montoya vive para disfrutar de su familia y sus reconocimientos por ser uno de los integrantes del escuadrón 201 con el que México participó por primera vez en un combate bélico junto a Estados Unidos.
Gamboa Montoya, con rango de sargento primero, egresó de la Escuela Militar de Transmisiones y luego formó parte de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana (FAEM) que se unió a la lucha con la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAAF) en contra de Alemania, Italia y Japón durante la segunda guerra mundial.
En 1946 dejó las armas y la milicia para dedicarse a la docencia, siendo profesor de educación física y matemáticas, así como fundador y director de escuelas en Mazatlán, como la reconocida secundaria número 1 y la preparatoria José Vasconcelos, por lo que en el 2019 recibió del Gobierno Municipal la medalla Jornadas Heroicas por su aporte a la educación.
También el Gobierno de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, de donde es originario, lo reconoció como hijo predilecto y a sus 101 lo homenajeó por su valor y contribución a la paz al haber participado en la segunda guerra mundial.
Llegó a sus 102 años el pasado 24 de noviembre y previamente, en septiembre, contagió el Covid 19, lo que mermó su estado físico y su ánimo, pero siguió firme y este 2022 es el más longevo de los 6 sobrevivientes del escuadrón 201, luego del reciente deceso del coronel Carlos Garduño Núñez.

En su memoria y relatos está aquel intenso frío que los recibió en Estados Unidos cuando llegaron como escuadrón 201 y la neblina y clima de Filipinas que dificultaba las labores de combate, en las que él se destacó como un buen tirador y escurridizo por su delgada complexión.
Su hija Graciela Gamboa y sus familiares se muestran complacidos por la larga vida de Humberto Gamboa, quien además de los cuidados de sus seres queridos recibe en ocasiones las atenciones y visitas de oficiales de las Fuerzas Armadas Mexicanas para rendir honor y muestras de amistad al héroe de guerra que sigue de pie.