Columna Páginas de Opinión

– La caída de Vargas Landeros: el inicio de una guerra de poder.
– Gobernar sin poder.
Por Alejandro Gallardo
En el vertiginoso escenario político que enfrenta Sinaloa, la reciente caída de Gerardo Vargas Landeros como presidente municipal de Ahome ha dejado al descubierto las grietas de un sistema que parece condenado a repetir los mismos errores. Este no es solo el final de su mandato; es el arranque de una nueva lucha por el control político y, ojo, la sucesión del gobierno estatal de cara a 2027.
Ahora, los ahomenses tienen un nuevo presidente municipal: Antonio Menéndez. El gobernador Rubén Rocha ya le dio instrucciones para que en su gobierno se incluyan todas las corrientes. Pero no se engañen, este no es un nombramiento temporal mientras Vargas lidia con su investigación. Menéndez gobernará durante el resto del trienio, es decir, dos años y medio más, gracias no al voto popular, sino a un capricho del Congreso del Estado que sigue la línea del gobernador y del todopoderoso senador Enrique Inzunza.
Sin embargo, la caída de Vargas Landeros no significa que la disputa de poder haya terminado; más bien, está apenas comenzando. Cuando el destituido mencionó que irá “con todo” para defenderse, no estaba bromeando y pronto veremos lo que eso implica.
GOBERNAR SIN PODER
¿Qué podemos esperar del gobierno de Estrella Palacios en Mazatlán? Ya hemos comentado que su plan de gobierno es más bien limitado y sin chiste. Muchos representantes de la sociedad civil, profesionales y empresarios se han quejado de que no se les consultó para integrar el Plan Municipal de Desarrollo, ¡y eso es muy grave! Lo más preocupante es que algunos incluso dicen que la presidenta está siendo “secuestrada” por ciertos grupos de poder. En lugar de buscar el bienestar de la ciudadanía, estos grupos parecen estar más interesados en sus propios intereses, bloqueando cualquier intento de hacer una administración efectiva.
Una de las señales más alarmantes de esta situación es el regreso de prácticas corruptas que pensábamos que habían quedado atrás con la Cuarta Transformación. Proveedores del municipio han denunciado que el tradicional “diezmo”, esa horrenda costumbre que creíamos extinta desde los tiempos del PRI, ha subido escandalosamente hasta un 30 por ciento al momento de realizar pagos por obras y servicios. Esta cifra no solo muestra el grado de impunidad en la administración actual, sino que también plantea serias dudas sobre la capacidad de Estrella Palacios para gobernar de manera honesta y transparente.
**OTRA MUESTRA.
Cambiar para seguir iguales o, empeorar, parece ser la consigna de estos nuevos gobernantes. Esto se evidencia con la licencia solicitada por el diputado morenista Juan Carlos Patrón, quien dejó su puesto para que su suplente —nada menos que su esposa— ocupe su lugar. Este acto expone de lleno la naturaleza de los nuevos grupos en el poder, que no solo han repetido los vicios del pasado, sino que los han llevado a otro nivel, estableciendo un sistema donde nepotismo y corrupción son los pilares de la política local.
Este contexto nos invita a reflexionar sobre el rumbo que tomará nuestra gobernanza. La ciudadanía clama por un cambio real, pero para lograrlo es crucial romper el ciclo de complicidad y corrupción que nos ha mantenido atrapados en esta guerra de poder que solo beneficia a unos pocos y perjudica a muchos. Es hora de exigir rendición de cuentas, de rechazar las viejas prácticas y construir un camino hacia un futuro donde la política realmente sirva a quienes le dieron vida.
La esperanza está en nuestras manos; abracemos la responsabilidad de exigir un gobierno que, al fin, esté al servicio del pueblo. Tal vez suene utópico, pero se vale soñar.
Hola