Teresita Rodríguez
A la par con la manifestación que se sostienen en la Ciudad de México en demanda de atención al sector pesquero por parte el Presidente de la República, en Mazatlán se plantaron pescadores en la explanada de edificio de la Conapesca, donde permanecerán hasta que el movimiento nacional obtenga una respuesta del Gobierno Federal.
El malestar de los armadores, de acuacultores y de pescadores ribereños y de altamar, es la disminución en el presupuesto para el sector pesquero, afectando el desarrollo los apoyos y programas que venían aplicándose cada año, como es el caso de inspección y vigilancia, que es primordial para salvaguardar el producto y garantizar una buena temporada de pesca.
Los proyectos para renovación de flota, para avituallamiento, el de sustitución de motores, así como el subsidio al diésel y los apoyos para pescadores, están sin concretar y no se tiene la certeza de cómo se llevarán a cabo y en qué montos, además de que se desconocen la nuevas reglas de operación y temen no les lleguen los recursos, fueron las expresiones del gremio pesquero apostado en la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca).
Hicieron énfasis en la falta de inspección y vigilancia, que no se ha notado, mientras que el “changuerismo” opera con embarcaciones y gente armada a la que los pescadores no pueden hacer frente.
“Los oficiales se van, pero nosotros nos quedamos en las comunidades, y saben donde vivimos y quienes son nuestras familias”, expresó Jorge García, pescador ribereño de Escuinapa.
Por parte de la Conapesca, el director de inspección y vigilancia, Héctor Alberto Mucharraz, no negó que el recorte presupuestal haya afectado, incluso en la instalación de bases de operación, lo que ha obligado a las autoridades pesqueras a asumir otras medidas.
Aseguró que se llevan a cabo labores de inspección y vigilancia, pero con otras estrategias, además de que se han atendido 117 denuncias por changuerismo, de las cuales se han resuelto 90 hasta la fecha.