Columna Páginas de Opinión

-García Harfuch, el Desaparecido.
Por Alejandro Gallardo
A finales de octubre de 2024, con la guerra entre 2 facciones del narco en su máximo apogeo y por instrucción de la presidenta Claudia Sheinbaum, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana Omar García Harfuch llegó con todo y maletas a Culiacán, donde se instalaría de manera permanente hasta lograr niveles de seguridad aceptables.
Durante su primera estadía de apenas tres días, lograron dar algunos golpes contra el crimen organizado.
Luego, sin dar aviso al gobernador Rubén Rocha, se trajo a los titulares de la Defensa y Marina, para coordinar operativos dirigidos a capturar a objetivos estratégicos de los carteles, logrando algunos otros triunfos efímeros en detenciones, decomisos de droga y destrucción de narco laboratorios, que suman 300 de enero a la fecha.
Sin embargo, producto de la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, quien amenazó con imponer aranceles a las exportaciones mexicanas si no se trabajaba de manera decidida en el combate a la inmigración, a los cárteles de la droga a quienes calificó como organizaciones terroristas y al tráfico de drogas, particularmente fentanilo, García Harfuch, debió entrar en negociaciones con sus pares del vecino país.
Ya no se trataba solamente de pacificar Sinaloa, sino de demostrarle a los gringos que México no es un narco Estado. Que se trabaja en la lucha contra el crimen y el tráfico de drogas en cada rincón del país.
Por ello, ahora desde las mañanera de la presidenta Sheinbaum en la capital del país, informa sobre los “logros” contra las diferentes expresiones del crimen.
En el caso de Sinaloa, donde está en calidad de desaparecido, quizá entendió que era una empresa de largo aliento, tal vez transexenal, por lo que su presencia en el lugar de la batalla, significa un desgaste personal y para la misma presidenta Claudia Sheinbaum.
NEGAR LO EVIDENTE
Hoy, aunque en el discurso lo nieguen, trabajan junto con autoridades de Estados Unidos para ubicar zonas de producción de drogas sintéticas y para ubicar a los objetivos estratégicos para el gobierno del vecino país, a quienes acusan de ser los operadores del tráfico a gran escala de fentanilo.
Aunque Harfuch y la presidenta lo niegan, envueltos en la bandera de la no subordinación y el respeto a la soberanía, Estados Unidos exhibió la acción conjunta en territorio sinaloense para desmantelar el pasado lunes, tres narcolaboratorios.
La presencia de agentes estadounidenses, los sobrevuelos de aviones y drones en nuestro territorio para realizar labores de inteligencia que permitan actuar de manera precisa contra grupos del crimen, es más que evidente y no es pecado. Basta con hablar con la verdad.
Volviendo al caso de Sinaloa, aquí no ocupamos la presencia física de Harfuch. Se requiere de una estrategia integral y permanente para recuperar la seguridad, la economía y el empleo.
La mano oscura de la delincuencia organizada, está enquistada casi en cualquier actividad de la vida económica y social de Sinaloa.
De ese tamaño es el monstruo de mil cabezas. De ese tamaño es el reto para el Estado mexicano.
LAS DESAPARICIONES FORZADAS EN MAZATLÁN
Para ilustrar la realidad de Mazatlán en materia de inseguridad y particularmente en lo que tiene que ver con desapariciones forzadas de personas, de enero a la fecha la Vice fiscalía en la zona sur ha abierto 150 carpetas de investigación, por ese delito. Ello representa que a diario es privada de la libertad al menos una persona en la región. Cifra alarmante.
Hasta aquí nuestra entrega de hoy.