A SUS 80 AÑOS VIVE EL “SUPER RATÓN” UNA VIDA DE CONTRASTES

A SUS 80 AÑOS VIVE EL “SUPER RATÓN” UNA VIDA DE CONTRASTES

Sinmurosnews

ENTREVISTA

Teresita Rodríguez
De beisbolista internacional a conductor de taxi, Miguel Ángel Gutiérrez Zavala, hizo su historia en Mazatlán y guarda anécdotas de sus éxitos en el deporte, que cambió por una vida más sencilla.

Tenía 14 años cuando pegó su primer jonrón Miguel ángel Gutiérrez Zavala, a quien gracias a su astucia y velocidad en el campo, le apodaron “Super Ratón”, un mote que lo acompañó a diferentes estadios de béisbol en México y en el extranjero jugando con las ligas mexicanas, las de Estados Unidos y Centro América, hasta en un campeonato mundial en 1956.
Hijo de militar y miembro de una familia de 13 hijos, Miguel Ángel puso empeño al trabajo desde muy pequeño, llegando a ser canastero, vendedor de leña, maletero en el tren y consiguió trabajo en la fundición, mismo que lo llevó a ser descubierto a la edad de 13 años como una promesa en el deporte del béisbol.
Así inició la historia del Super Ratón en Mazatlán, a la edad de 13 años y hasta sus 32, jugando en las ligas internacionales en Chicago, Venezuela, Colombia y Panamá, mientras que en las profesionales era requerido por las ligas del Norte de Sonora, La Liga del Noroeste de Mazatlán, la Liga Central de San Luis, la Liga Mexicana de Monterrey y la Liga del Sureste de Yucatán.
En Estados Unidos jugó en equipos de Nebraska, Oklahoma, Michigan, Cansas City, Denver, Nuevo México, entre otros lugares, donde dice que sí recibía buena paga, pero no en las cantidades en las que ganan ahora los jugadores de ese deporte.
Era una época difícil y emocionante para el conocido Super Ratón al tener que darlo todo en la línea de juego, enfrentar retos en los que su destreza física requería también de la labor de equipo de sus compañeros de juego y el tener que movilizarse constantemente de una ciudad a otra, lo que terminó finalmente por retirarlo del juego a sus 32 años.
Miguel Ángel, vio en el transporte una nueva forma de ganarse la vida, hacerse de un patrimonio y establecerse, luego de su matrimonio con una mazatleca, y así ingresó como conductor de taxi en Mazatlán, en la organización de los conocidos ecotaxis verdes, donde está por cumplir 50 años al frente del volante a sus 80 años de edad.
En su vida de contrastes sumó su historia como taxista, donde ha vivido desde asaltos, tomadas de pelo por los pasajeros, hasta tener que hacerla de partero durante uno de sus traslados, donde una mujer nomás no alcanzó a llegar al hospital y tuvo a su bebé dentro del taxi.
“Sólo dijo ya, y tuve que auxiliarla, nunca había visto yo algo así, nacen tan chiquitos y tan “arrugaditos”. Me dio miedo pero la ayude y llegué con el bebé en manos al hospital Divina Providencia”, relató Miguel Ángel, quien ahora se dice satisfecho por esa acción.

Al principio como transportista le resultó fácil ganar el dinero, ya que movía a todas sus amistades del béisbol, logrando embolsarse entre los 500 y mil pesos por día, cuando un taxista normal ganaba alrededor de 150 a 200 pesos.

“Sigo trabajando porque me siento bien, veo bien y tengo buenos reflejos, pero el día que yo sienta que ya no puedo o el médico me lo indique, entonces hasta allí, pero mientras tanto aquí sigo”.
El Super Ratón relata con tanta lucidez los pasajes de su vida como beisbolista como si hubiera sido ayer, sus managers, sus compañeros de vida, sus jugadas y el ir y venir a todos esos países que le dieron gloria, pero su anhelo está en la tierra donde ha pasado la mayor parte de su vida, y aunque tiene su estrella en el paseo de la fama, no pierde la ilusión de que una calle de la ciudad lleve su nombre, como a muchos otros deportistas se les ha honrado con ese honor.

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