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Sinmurosnews

¿Ya no es noticia?

Por Alejandro Gallardo

Para el gobernador Rubén Rocha, los 211 homicidios dolosos registrados en junio ya no son noticia.
Parece que lo ocurrido en el mes más violento de los últimos 14 años ha quedado en el olvido. Después de todo, junio ya pertenece al pasado, o eso parece sugerir el mandatario. Lo que, según él, realmente importa ahora son las “buenas noticias”: el descenso, supuestamente registrado, en el robo de vehículos durante mayo y junio. No importa que el promedio diario de autos robados siga rondando los 15 casos.

Según las cifras oficiales, entre mayo y julio se registraron 148 robos menos en comparación con meses anteriores. También se reportaron 214 vehículos recuperados —aunque la mayoría fueron abandonados por los delincuentes tras ser utilizados en otros delitos— y solo 111 fueron devueltos a sus propietarios. Mientras tanto, el impacto de los robos sigue creciendo, reflejado en el aumento de las primas de los seguros automotrices, especialmente en la capital del estado.

Rocha ha afirmado que en reuniones con organizaciones civiles y empresarios se le ha solicitado atender el robo de vehículos. Tal vez es cierto. Sin embargo, la pregunta es inevitable: ¿qué puede estar por encima de los homicidios dolosos, las desapariciones forzadas, los robos a negocios y las extorsiones?

El gobernador sostiene que la estrategia aplicada para reducir el robo de vehículos se replicará en otros delitos. Pero, ¿es eso suficiente? ¿Realmente ha logrado algo significativo para frenar el robo de autos?
¿Cuántos robos se han evitado en flagrancia?
¿Y cuántos delincuentes han sido detenidos por este delito?
La respuesta es clara: ninguno.

Si se han robado menos vehículos, no es gracias a la intervención del gobierno. Es probable que los grupos delictivos que dominan el territorio simplemente no necesiten más autos por ahora. Con más de 4,000 vehículos robados en los últimos 9 meses, tienen suficiente “stock” y seguirán robando cuando lo necesiten.

Por lo pronto, el gobierno puede presumir estadísticas favorables en el papel. Pero estas no reflejan la realidad, ni son las que verdaderamente preocupan a la ciudadanía.

Y este es solo un reflejo del nivel de nuestras autoridades. Otro ejemplo lo ofrece el Secretario General de Gobierno, Feliciano Castro, quien, desde hace seis meses, ha sido enviado a enfrentar los medios en el tema de la inseguridad. Su desempeño, sin embargo, deja mucho que desear. En lugar de dar respuestas claras, se dedica a justificar lo injustificable, a intentar vender una realidad inexistente y a generar confianza en una sociedad que, por el contrario, está inundada de miedo.

Esta desconexión quedó de nuevo en evidencia el lunes pasado, cuando Castro declaró que las condiciones de seguridad en Culiacán eran adecuadas para que los ciudadanos pudieran desarrollar sus actividades con normalidad. Esto, pocas horas después de que se encontraran cuatro cuerpos colgados de un puente y otros 16 más, algunos decapitados, apilados en la caja de una vagoneta.

En Mazatlán, la situación tampoco es halagüeña. Los homicidios dolosos continúan en aumento, y la desaparición forzada de personas sigue siendo una realidad palpable. Por si fuera poco, la prevención del delito está en crisis: en colonias y fraccionamientos, los habitantes están hartos de los robos a casa habitación, pero la autoridad municipal no implementa medidas efectivas para garantizar la seguridad.

El dirigente municipal del PAN, Evaristo Corrales, lo dejó claro: la policía municipal prefiere montar retenes para detener y hasta extorsionar a los ciudadanos, en lugar de cumplir con su función principal: prevenir el delito. Esta desidia fue denunciada por los residentes del fraccionamiento Villa Verde, quienes organizaron una manifestación y colgaron mantas exigiendo acción contra los robos domiciliarios. Lo mismo ha sucedido en otros fraccionamientos como Villa Florida, San Joaquín y en áreas residenciales como La Ferrocarrilera, donde se han establecido grupos de “ciudadanos vigilantes” que usan redes sociales para organizarse y protegerse de los ladrones.

Estas son medidas desesperadas, ante el vacío de autoridad.

Tan está la autoridad miando fuera del hoyo como dice la raza, que hoy Mazatlán recibió una lluvia intensa que inundó calles y avenidas.
La alcaldesa Estrella Palacios recorrió las zonas que de inicio resultaron afectadas horas más tarde, cuando ya ni charcos había. Que alguien le asesore.

En resumen, triste pero… es lo que hay.

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